¡¡¡Pipita, quédate!!!

Muchas veces he leído que para triunfar hay que seguir al corazón, que para conseguir lo que se quiere hay que tirar de garra, de fuerza. La vida consiste en eso, en saltar obstáculos que no nos dejan conseguir lo que queremos de una forma sencilla. 

El fútbol es uno de los deportes más bonitos, emocionantes, desquiciantes… Por no decir el que más. Sin embargo, el éxito que este ha tenido en todo el mundo hace que todos aquellos que han nacido con el don de saber manejar el balón sobre el terreno de juego lo tengan más difícil. Los más grandes han conseguido volver a hacer sonreír a gente que solo veía sombras negras a su alrededor, hacer llorar a quienes vivían como un jugador más lo que sucedía en el campo, tener el corazón en un puño por querer algo por lo que saltar de alegría. Han conseguido que el mundo se detenga cada vez que el balón rozaba sus botas. Cada vez que han marcado un gol, cada vez que lo han fallado, cada vez que han luchado por proteger el esférico, por recuperarlo. 

Un gran jugador, mejor dicho, un jugador excepcional, único, no es aclamado por todo un estadio porque sí. Un jugador de la talla de los más grandes, que ha hecho historia en el mejor club del siglo, no se gana el apoyo de la afición fácilmente. Para que ese jugador consiga que un gran estadio, como es el Santiago Bernabéu, en el que no cabe un alma, consiga que todos sus compañeros le pidan que se quede, para que todos los aficionados estén pidiéndole a gritos que no se vaya… Para eso hace falta ser un jugador como Higuaín. Sí, ese jugador que desde que llegó al Real Madrid no lo tuvo nada fácil, que luchó contra todo pronóstico, que ha dado Ligas a su equipo, que ha puesto toda su garra, fuerza, energía, ambición, coraje, amor, sentimiento… Ese jugador no puede irse del mejor equipo del mundo. Los mejores deben estar donde se merecen y aquí es donde se debe quedar Gonzalo Higuaín. 

Más allá de lo que dicen los medios, de lo que dicen los demás, hay que saber escuchar lo que dice el corazón. Estoy segura de que el corazón del Pipita le pide quedarse, pero la razón no. Ahora se me viene a la mente la famosa frase “el corazón tiene razones que la razón no entiende”. La razón no sabe cómo llevarnos por el camino de la felicidad, quizás se acerca, pero solo el corazón sabe cuál es esa vía. 

Por favor, Higuaín, ¡quédate! La alegría que transmites en las victorias, la concentración de cada partido, el sentimiento de rabia y lástima en cada derrota… Todo. Todo esto debe continuar, debe quedarse en el Real Madrid para que aquellos chavales de la cantera aprendan cómo se deben llevar los colores y el escudo del equipo más importante del mundo. Los aficionados sentirán la seguridad que Gonzalo Higuaín transmite cuando salta al campo, sentirán que el gol está cerca cada vez que tocas el balón. Por todo lo que el Pipita aporta al fútbol. Porque no habrá otro equipo que le pueda hacer más grande que el Real Madrid. Porque el sentimiento blanco se entristecerá si Higuaín se marcha. 

Lo que no quiere el madridismo es que uno de los mejores delanteros del mundo y de su historia se vaya a otro equipo. La temporada pasada (2010/2011) tuviste una lesión grave que te mantuvo alejado por mucho tiempo. A eso supiste sobreponerte, Pipa, y debes seguir así. No es fácil conseguir el nivel tan alto que tú has puesto en cada partido. Muchas veces tú mismo no llegarás, pero muchas otras lo sobrepasarás. Estoy segura de que si te quedas en el Real Madrid verás cómo vuelves a ser tú, el más grande, el titular que necesita el madridismo en cada partido. Verás cómo vuelve el Pipita luchador, el que consiguió sobrepasar un mal momento en el que estuvo a punto de rendirse. 

Cambiar no es la solución. La solución es seguir y luchar. Luchar por el amor que tú y el club sentís por un escudo. Por aquellos que te apoyan, por aquellos que creen en ti y también por aquellos que no y que se merecen quedarse con la boca abierta sorprendidos de lo muy equivocados que se encontraban. Por eso, Higuaín, quédate.

@AnaGavilanes_